(II) – GESTIÓN

Para saber dónde vamos debemos saber dónde estamos. Para saber dónde estamos debemos saber de dónde venimos.

Desde una perspectiva Marketing no se puede entender la gestión sin un análisis previo de la situación. No se pueden hacer estimaciones a futuro sin una evaluación de tendencias, de recursos, de necesidades (propias y ajenas).

El beneficio económico no es solo el que se mide en términos monetarios a corto plazo (beneficio financiero), sino en potencia de marca, fidelización de clientes…: Relaciones estables a largo plazo que permitan la generación de sinergias y un progreso sostenido (y sostenible).

Pero ¡Ojo!, que el “Mercado” empieza en nosotros mismos, en nuestro negocio: Existen relaciones con proveedores de productos y servicios, con clientes, con la Administración (estatal, local, autonómica o internacional), con la competencia, con los trabajadores de la organización.

Definir correctamente esas relaciones, la forma de comunicarse, de intercambiar información, conocer los compromisos que asume cada parte, es un aspecto vital de la gestión eficaz. Tanto como los datos económicos. No solo los aportados por la Contabilidad Financiera, sino también por la Contabilidad Analítica, que será la que permita determinar los centros de coste y los “gastos que no se ven pero están”: Coste de compras, costes de ventas, coste en tiempo…

¿Por qué es importante disponer de todos estos datos actualizados? Porque cada día es necesario tomar cientos de decisiones que acabarán afectando, antes o después, a la marcha de la empresa.

En Filosofía Marketing da igual que se entienda por “empresa” subir al Everest, negocio de persona física o jurídica (civil o mercantil), negociar una venta o tramitar una subvención: SIEMPRE hace falta un análisis que permita definir los objetivos adecuados a los recursos disponibles y su evolución probable (consecuencias y responsabilidades incluidas), así como descubrir la existencia de alternativas.

Solo esto permitirá anticiparse a los problemas (internos o externos), a los movimientos de la competencia, a las variaciones de mercado.

Y en definitiva: Sobrevivir de la mejor manera posible.