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Que no te engañen un altísimo porcentaje de las Start-ups fracasan o se acaban comiendo el presupuesto por falta de ventas. Aquí intervienen las «habilidades blandas» o Soft skills.
Puedes ser el mejor ingeniero del mundo, o el mejor cocinero, incluso el mejor carpintero… Pero si tus potenciales clientes no te conocen, no te van a comprar nunca.
Con la proliferación de las IA (Inteligencia Artificial) parece que el mundo ha cambiado y ya no tienes que saber nada de comercialización como para poder salir al mercado.
Unos anuncios en televisión (Pública… esa que de millennials hacia abajo ya no miran) parece que puedes tener algo de impacto. Pero…
¿Cuántos anuncios de OpenAI has visto en televisión?
Cuando hablo de Soft skills no solo me refiero a saber presentarte a un inversor.
Tengamos en cuenta que aunque consigamos uno o varios inversores nos encontraremos que con el tiempo van a querer resultados, no tienen que ser directamente beneficios, pero resultados positivos al fin y al cabo.
Por lo tanto, debes montar desde que tengas un PMV (Producto mínimo viable) un departamento de marketing. Este departamento debe medir con todo lujo de detalles el público al que está dirigido tu producto y accionar la publicidad que se va a poner en marcha para poder mejorar la presencia en el mercado.
Debes medir el SEO que tienes que hacer, pero no por las palabras que quieres posicionar, sino comprendiendo la intención de búsqueda. Pero no solo de SEO viven las empresas, la comunicación en las redes sociales adecuadas va a ser tan importante como el mismo posicionamiento.
Por todo esto (que no es más que un resumen demasiado «exprimido» como para poder lanzarte a vender.) Es que debes aprender a organizar la empresa, ya no es una idea… Es un negocio y aunque hayas invertido una gran cantidad de dinero debes comercializar y «sacarle» el jugo que se merece.
Esta entrada es la primera de las que voy a redactar hablando de estas Soft skills. Ahora mismo ni yo mismo soy capaz de saber la profundidad que va a tomar, pero espero que sea un buen inicio para que puedas plantear tu negocio como tal.
Obviamente, una cosa es ser un genio en lo tuyo y otra saber llegar al mercado que quieres llegar.
Una vez sepas a quién quieres llegar, debes pasar a la acción. Relacionarte en los entornos que se mueven tus futuros clientes y entrar en contacto con personas que pueden probar tu producto y de paso si pueden recomendarte a otros pues mucho mejor.
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