Esta cuarta y última entrada completa el artículo original explicando tanto los motivos del ejemplo como las razones del Iuris Marketing. Son reflexiones totalmente abiertas a la colaboración y a los comentarios en el blog, una invitación formal a construirlo juntos.

“No es una estafa, es marketing agresivo”

Este es el titular al que corresponde el tratamiento informativo de la sentencia examinada y que ha sido la razón de publicar este ejemplo de Iuris Marketing cuyas partes anteriores podéis ver aquí (1ª), aquí (2ª) y aquí (3ª).

“Agresivo”. Contiene una gran carga peyorativa al sugerir violencia. El sentido con el que se empleaba en Marketing se refería a un alto nivel de competitividad que llevaba a superar cualquier obstáculo. Ley incluida, según se ha interpretado, dando lugar a mala praxis.

La generalización del sentimiento de estafa ha llegado a niveles insoportables para el Iuris Marketing: Nos “estafan” los bancos, las instituciones, los políticos, las multinacionales, los profesionales, las empresas… Parece que la ley también se ha convertido en un obstáculo que puede y hasta debe saltarse en pro de las ventas.

Pues no. Radicalmente no. Para el Iuris Marketing es algo que no tiene sentido.

En realidad somos clientes cautivos a quienes se nos niega la posibilidad real de elegir. Y que, pese a las leyes que nos protegen sobre el papel, quedamos al arbitrio de quienes se han ganado nuestra total desconfianza.

Es cierto que nuestro sistema normativo adolece de múltiples fallos e inconsistencias derivados de la hipertrofia normativa que provoca una deficiente calidad técnica no solo de las normas en sí, sino también de las tareas desarrolladas por los operadores jurídicos (además de los togados, -con los que se suele identificar el concepto casi de forma exclusiva-, notarios, registradores, personal de la Administración… desde el propio “legislador” hasta el último sujeto de Derecho: Toda la sociedad) obligados a una continua actualización de conocimientos so pena de un progresivo incremento de la inseguridad jurídica, pérdida de derechos y un acusado alejamiento de la realidad.

En medio de todo este marasmo surge el Iuris Marketing con vocación de colaborar en una mejora de la situación, aportando una visión diferente y a largo plazo, no limitada ni parcelada por las normas de derecho positivo en sus ámbitos independientes, estableciendo la diferencia entre recursos, herramientas y objetivos, desarrollando métodos de análisis, evaluación, control e innovación que permitan encontrar alternativas de mejora, tanto del sistema como de su percepción.

Desde esta perspectiva de Iuris Marketing no hay fórmulas mágicas ni soluciones estandarizables o definitivas, sino que deben ser estables, adaptarse a la evolución de las circunstancias tratando de anticiparse.

Eso no lo puede hacer la ley convertida en una herramienta de propaganda y manipulación al servicio de intereses particulares o partidistas.

Por eso el Iuris Marketing se pregunta:

¿Cómo se mide su eficacia, su penetración, la tasa de reversión o reconducción, sus costes, sus beneficios, los tiempos de generación, de cumplimiento, de aplicación, los riesgos jurídicos? ¿Cómo se relacionan (o no) los distintos procedimientos en los diferentes ámbitos? ¿Cuántos puntos de generación normativa existen, de control, de gestión…?¿Con qué herramientas se trabaja? ¿Cuáles son las necesidades reales de los sujetos a su influencia?

Dar respuesta a estas y otras preguntas es un objetivo ambicioso que requeriría de colaboración interprofesional para tener datos reales, exactos, no manipulados con los que hacer un diagnóstico preciso y objetivo de la situación, libre al máximo de sesgos ideológicos, corporativismo mal entendido y disquisiciones teóricas particulares.

En realidad el Iuris Marketing no es nada nuevo

Todos sabemos (o creemos saber) qué hay que hacer e incluso cómo. Herramientas hay, solo falta aplicarlas de la manera más adecuada posible y voluntad para llevarlo a cabo. La necesidad está en comprobar las tesis sin generar riesgos o perjuicios gratuitos a los destinatarios de las normas. Que somos todos.

La base de cualquier forma de marketing (Micro, Macro, Social, Neuromarketing, Marketing 2.0…) son las relaciones: Sus elementos, participantes y circunstancias particulares derivadas del entorno. No solo las relaciones externas entre personas jurídicas y personas físicas del “mercado comercial”, sino también las internas y de cualquier otro lugar de encuentro e intercambio de más que cosa por precio, formal o informalmente. Las necesidades que las originan y sus diferentes formas de satisfacerlas de la manera más adecuada posible.

Y más allá

Es necesario revisar conceptos obsoletos y actualizarlos con las ideas de beneficio no limitado al dinero, trascendencia económica de los actos jurídicos, Derecho Colaborativo y servicio al bien común. No de una mayoría o de muchas minorías, sino al bien de todos, global y a largo plazo.

Visión, comunicación, gestión y acción: Estos son los retos del Iuris Marketing, filosofía y herramienta de gestión, aplicada a un entorno normativo.

Poco a poco seguiremos viendo cómo aplicar herramientas típicas de Marketing (Gestión) a distintos aspectos del «mercado jurídico».

Gracias y hasta pronto