Se acerca el fin de semana y casi se huele el descanso. Baja un poco el ritmo de trabajo y empieza a soñar con los pequeños momentos que te esperan, en familia, con los amigos, disfrutando en soledad…Tal vez recordando otros sitios, otros momentos, otra pandilla. Esos ratos de felicidad que atrapan los anuncios para recordarte que hay marcas, productos y servicios que te los sirven en bandeja. O empaquetados y con un lazo. O listos para consumir en el instante perfecto, como los refrescos.
Cambiará la moda, la estética, la forma de trabajar, las herramientas que permiten mejorar los efectos, impactar, emocionar. Historias que se convierten en cortos de cine… o en películas enteras. Humanas incluso cuando los personajes se desenvuelven en un mundo animado. Se sofistican y refinan.
La publicidad se mueve al ritmo de los tiempos, evoluciona con la realidad y con las técnicas de sus soportes: Papel, radio, cine, televisión, internet con todos los dispositivos móviles y sus redes sociales…
A los anuncios les pasa como a las personas: Algunos envejecen bien. Otros no tanto. Con el tiempo los hay que alcanzan la categoría de clásicos por su capacidad de permanecer en la memoria con alguno de sus elementos: La música, el eslogan, la novedad del producto o del medio utilizado; Con su capacidad de devolverte a otros momentos de tu vida.
Los que son más, por el contrario, se olvidan. Especialmente los de televisión. Puede que en su momento tuvieran gracia o fuesen estupendos pero ni impactaban entonces ni lo harían ahora, probablemente. Salvo por su tosquedad e inocencia, que se puede confundir con simplismo: Por centrarse en el producto y la marca abierta, exclusivamente, como ocurre en los anuncios de los años 50 y 60, en blanco y negro; O ya en color, desde finales de los 70. En los 80 y 90, con el “descubrimiento” del marketing, hablan ya de necesidades.
Ahora persiguen revolver los sentimientos, aumentar las emociones. Ofrecen “experiencias”. Imágenes inimaginables o brutalmente reales. Impactos constantes.
Para este fin de semana te proponemos un juego:
Dos anuncios, dos momentos en el tiempo, y una marca. Tómate tu tiempo para mirar cómodamente estos vídeos.
O no, tú verás.
Pero presta atención a todo, a cada cosa: A las imágenes, a la música, a las palabras, a la atmósfera… ¿Ha cambiado el mensaje? ¿Cuánto, cómo? ¿Y el producto? ¿Y el diseño del logo? ¿Y tus sensaciones o sentimientos al verlo?
VÍDEO KAS 1978
VÍDEO KAS 1994
VÍDEO KAS 2012
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