«Queridos reyes magos, aquí estoy con mi copa medio vacía y mi pena…Desesperado, rayando lo rocambolesco al punto de escribiros a vosotros…Porque ya no sé qué hacer…

Hace años heredé un negocio familiar, al principio por mi juventud; no me hizo demasiada ilusión, pero aún así cayó en mis manos y lo mantuve vivo; era un negocio estable y reconozco que he vivido muy bien de él durante años y años, pero, últimamente… Con esta crisis… Se ha convertido en un pozo sin fondo, al extremo de que ya no gano apenas ni para pagar lo mínimo y esto va a peor.

Hace unos meses me aconsejaron abrir cuentas en facebook y demás rrss para ver si así, estando a la última creceríamos, por eso de «si no estas en internet no existes» pero no hay forma…Nadie nos hace caso, estamos acabados.

Me han hablado de contratar un social media, esos que vienen en plan «chicote a tu cocina» te dan dos palos y te ponen el negocio a punto.
Pero es que no tengo dinero para contratar a esas personas que te cobran un dineral y te exigen y exigen hacer cosas imposibles, en fin, que sin dinero nada es posible y a mi no me fía nadie en mi situación, ni entidades ni personas.

Estoy desesperado al punto de hacer una locura…»

 

 

Querido amigo:

Hemos recibido casualmente esta carta y aunque vamos de trabajo hasta arriba no hemos podido pasarla por alto.
Lo que tu nos pides es más que complicado para los reyes magos.
Te vamos a hacer algunas preguntas:

¿Hasta que punto estás enamorado de tu negocio?
¿Has luchado por él a brazo partido o te has conformado y cuando las cosas han empezado a ir mal has pasado a «modo víctima», a echarle la culpa de todo lo malo que pasa a los que te rodean?
¿Ya lo has dado todo?¿Crees que te has esforzado suficiente?
Sin ilusión no vas a sacarlo adelante, sin creer que puedes conseguirlo es imposible, ni aun contratando al mejor CHICOTE DE LA FAZ DE LA TIERRA…
La base, el corazón de un negocio, son las personas que lo llevan, desde la señora que limpia el local hasta el CEO; todo tiene que hacerse bien y en armonía para que funcione. Una vez plantadas esas bases, entonces y solo entonces, vamos a  por los demás recursos. Que por supuesto son necesarios para mantener tu negocio vivo y adaptado a los nuevos  tiempos, las nuevas tecnologías, las nuevas demandas…Pero no es lo único.

¿ERES UN BUEN JEFE?

¿Estás atento a todos los detalles?

Por ejemplo:

¿Cómo salen tus clientes de tu local, les preguntas si se van satisfechos?

¿Si se les ha proporcionado el servicio adecuado,si les ha faltado algo? ¿Si están tan contentos como para volver o  recomendarte?

¿No lo haces? ¿A qué temes, a que te digan que no les ha gustado y te digan el porqué? ¿A que te den la llave de como solucionar tus problemas del futuro?

¿Sabes cómo se les atiende cuando llaman por teléfono?¿Has pensado lo importante que es esa primera toma de contacto?

¿Sabes cuánto lucha por mantener esa llamada viva?

¿Sabes con qué cara les recibe la persona de recepción cuando entran a tu local?

¿O la rapidez y eficiencia de respuesta cuando rellenan un formulario  de consulta en tu web?
¿Estás ATENTO a todas esas pequeñas cosas?

¿Estás pendiente de tus empleados?

¿Sabes si trabajan con ilusión? ¿Se sienten parte de tu marca, estáis en sintonía? ¿Te reúnes con ellos?¿Tenéis una filosofía de empresa que podáis plasmar en un papel? ¿Los gratificas cuando hacen algo bien, cuando aportan una solución o una idea?¿De qué manera?

Porque «Gratificar» no es siempre sinónimo de dinero.

Si no te has preocupado de esos «detalles» lo has hecho muy mal.

Un buen jefe ha de estar en todas partes como Dios, si no en persona en esencia; debe saber delegar a sus trabajadores con la  total seguridad de saber a quién tienen trabajando para ellos, confiando en ellos, en que conocen la filosofía de la empresa y son afines a ella. Y si es preciso marcándoles unas pautas para hacer efectiva la delegación.

Empezamos preguntándote si estabas enamorado de tu empresa, negocio, marca… Pues ahora has de enamorar a tus trabajadores y por ende que tus trabajadores enamoren a tus clientes.

Invierte en todo eso que es gratis y después vamos a por los demás recursos para hacerlo crecer.

Por cierto: Nosotros no somos ninguno de los tres reyes magos y no entendemos muy bien cómo nos ha llegado esta carta aquí; somos una agencia de marketing y publicidad pero esperamos y confiamos en haberte dado un rayito de luz.

Tuya afectísima

Desmárcate ¡Ya!