Aunque pueda sonar a paradoja el título de esta entrada en el blog si le sumamos el efecto mariposa podremos llegar a la conclusión de que no lo es, simplemente una suma de causalidades puede llevarnos a una teoría del caos que no esperábamos.
La teoría del caos explica que el resultado de algo depende de distintas variables y que es imposible de predecir. Por ejemplo, si colocamos un huevo en la cúspide de una pirámide no sabremos hacia donde caerá. Fuente Wikipedia
En marketing y comunicación acostumbramos a generar situaciones en las que arriesgamos la estabilidad y tranquilidad o aburrimiento para generar un tipo de acción de nuestra audiencia. Tanto es así que presumimos de no temer a la teoría del caos o simplemente no medimos los efectos del vuelo de la mariposa.
Obviamente de eso se trata, mover el mercado o al menos provocarlo para generar un movimiento en una dirección distinta de la que lleva en el momento de montar la acción. Son de aquellas cosas por las que recomienda acciones distintas si queremos resultados diferentes.
En el pequeño comercio o las empresas de servicios es más complicado poner en marcha acciones que generen un movimiento que esté fuera de control total, de hecho es tan complicado como en cualquier otro tipo de negocio, solo que al haber menos personal especializado en contingencias es evidente que puede generar más problemas que beneficios.
Es de ahí que menciono la causalidad. Probablemente no convenga demasiado acciones arriesgadas en los negocios pequeños, pero si tenemos en cuenta que podemos poner en marcha muchas de pequeñas y controlables podría ser una buena idea y de paso como controlamos la dimensión de las acciones siempre podemos detenerla y activarla cuando nos convenga.
El problema lo encontramos en comercio tradicional ya que no es capaz de gestionar campañas 1.0 y digitales al mismo tiempo. La comunicación en los entornos digitales se queda en meros comunicados en una sola dirección y que no son capaces de gestionar.
Decimos que el comercio tradicional siempre hace lo mismo, y si bien es cierto a lo mejor deberíamos empezar a reconocer cuales son esos comercios. Las estadísticas demuestran que el comprador ha decidido que su comercio tradicional ya no se encuentra sólamente en la esquina de tu barrio, comercios especializados en internet y por supuesto los generalistas consiguen quedarse con el mercado poco a poco. La competencia ya no tiene el nombre de las Grandes Superficies Tradicionales, la competencia se llama Amazon, Google y los gigantes asiáticos que se cuelan poco a poco en nuestros correos electrónicos ofreciendo productos según nuestras visitas a comercios y que los pequeños son (somos) incapaces de pensar en nuestra dimensión…
Solamente esperamos que alguien se apiade de nosotros y regule a nuestro favor, de hecho ya lo hacen. Pero estamos tan ocupados lamentándonos que no podemos llegar a ver nuestras propias ventajas.
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