Neuromarketing el arte de crear #sensaciones
Cuando analizas el mercado es relativamente sencillo salir a la calle, ver lo que pasa… y si eres hábil o con la suficiente experiencia miras lo que pasa en torno al comercio que quieres mejorar.
Analizas la ubicación geográfica, el merchandising (no me refiero a hacer camisetas o llaveros) sino al análisis de la eficiencia del punto de venta y sus expositores, tanto los interiores como los exteriores (ver referencia en Wikipedia)
Compruebas la eficiencia de la competencia, hablas con los clientes que entran y salen del comercio siendo muy escrupuloso a la hora de recopilar datos. Tanto que ignoras las informaciones que puede servirte tu propio cliente.
De toda esta observación obtienes #sensaciones y muchos datos.
Llega el momento de ofrecer a nuestro cliente algunas ideas. Te preparas el debate y te plantas ante tu cliente con un dossier bien chulo y un buen montón de ideas.
Explicas sin usar el término de Neuromarketing ya que genera una controversia brutal, a nadie nos gusta que nos manipulen y este vocablo está ineludiblemente ligado a ese concepto.
Personalmente, pienso que el neuromarketing más que la manipulación psicológica del comprador se trata de la manipulación de la marca o producto para que se adapte a la necesidad del cliente, ofreciendo una serie de valores añadidos intrínsecos al mismo, son las cosas que producen un placer o una experiencia superior por encima de la cobertura de las propias necesidades.
Al fin y al cabo muchas veces lo que necesitamos es mejorar el compromiso entre el cliente y el producto, para que permanezca en la memoria de nuestros clientes. Es evidente que si nuestro producto no tiene la calidad o nuestro servicio post venta no aporta la calidad o no cubre las necesidades por mucho que trabajemos nuestro branding no consolidaremos la relacion con nuestro cliente.
Año tras año las grandes marcas procuran generar sinergias con los clientes, permanecer en sus memorias e invierten ingentes cantidades de dinero para que esto pase. Crean producciones que se usan como publicidad y aunque no «vendan» directamente el producto son realmente efectivos.
Unos de los maestros en ésto de generar sentimiento en los clientes es sin duda Coca Cola, cada campaña procura marcar a los clientes con sensaciones que se hacen irresistibles.
Mirad este video y seguimos.
No se vosotros pero creo que directamente es otra genialidad del departamento de felicidad de la marca. Solo en los últimos segundos se ve la marca, solo al final de todo relacionamos esa sensación que recorre nuestra médula con un producto y nos fideliza… al menos conmigo lo ha conseguido.
Por supuesto no todo el mundo puede permitirse tener equipos de creativos que sean capaces de mantener año tras año esta calidad de engagement. Y aunque todos los comerciantes puedan disponer de estos recursos… ¿cuantos podrán abonar las minutas por publicidad ya que salen en todos los canales de televisión?
Evidentemente el alcance de la marca es mundial y no podemos hacer que nuestros clientes (aun en volúmenes medianos) asuma esa inversión. Dado que probablemente no tenga la capacidad de servir a cualquier punto del país y por tanto se arriesgan a morir de éxito.
¿entonces… más de quinientas palabras para decir lo que no podemos hacer?
En realidad lo que quiero mostrar es que con #sensaciones y generando #sentimientos que relacionen el producto con el buen hacer de los fabricantes, creativos y personal podemos consolidar la marca o el producto en la memoria de nuestros clientes.
A veces un cartel bien desarrollado, un perfume en el punto de venta, un escaparate con una distribución estratégica adecuada, nos puede proporcionar ese impulso que necesitamos para despegar con nuestra campaña.
No siempre se trata de una buena fotografía o un buen número de información, se trata de que el cliente de nuestro producto sea capaz de asimilar la información y que permanezca en su memoria el máximo de tiempo posible. Consolidando la repetición de compra y generando la sensación que consumiendo nuestro producto hacen que todo funcione correctamente.
Podemos usar carcelería, etiquetaje y sobre todo dar a conocer la trazabilidad del producto. Incluso podemos hacer vídeos o tener un blog, pero si combinamos algunos de ellos puede ser muy eficientes… El problema es que pensemos que con una idea y sin un plan o la capacidad de modificación seremos los más eficientes… A veces puede fallar o incluso no aportar el valor necesario, por lo que solo con la capacidad de cambio podremos actuar.
Para los que se inician en el marketing de comunicación lo que recomiendo lo que decía al principio… no dejarse influenciar por el equipo de ventas. Preguntar al cliente y seguir la campaña de muy cerca, observando y ajustando.
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