Los colores pueden hacer que los que los observan sientan que las cosas son mucho más próximas a sus intereses.
Dependiendo de si estamos construyendo una marca o producto efímero o de temporada debemos tener en cuenta muchos factores. Si construimos una marca perenne debemos cuidarnos de usar colores atractivos pero que puedan perdurar en el tiempo, no podemos usar (o no deberíamos) colores de moda de una estación, ya que probablemente si pertenece a una gama de colores agresivos visualmente nos veremos en la tesitura de cambiar nuestra apariencia muy a menudo, ya que clientes y seguidores nos pueden considerar desfasados o completamente fuera de moda.
Si lo que diseñamos es la apariencia de una marca de una sola temporada, podemos arriesgarnos completamente, ya que sabemos que antes de que el público se canse la estacionalidad del producto habrá acabado.
Si lo que queremos es decorar nuestro punto de venta siempre deberemos tener en cuenta el estado de ánimo y el público objetivo, sabemos que los azules relajan y que los rojos son mucho más emocionales. Para eso existen los expertos en neuromarketing y los colores. No olvidemos que siempre las emociones son las que van a gestionar el ánimo de compra, no se trata de hacer que los clientes compren más (o si) si no de que el ambiente impida que se cierre la venta.
Entiendo que este último párrafo puede hacer que pensemos en influir a los clientes orientándolos al consumo, pero ¿no se trata de eso?. Podemos intentar que nuestros clientes nos compren o que solamente se paseen por ese punto de venta tan chulo que hemos montado o símplemente montar comercios que no generen ningún tipo de emoción y confiar que nos van a comprar por que somos los mejores (a no que eso es otro tipo de influencia).
Una vez dicho esto, debemos tener muy en cuenta que los colores forman parte de nuestras vidas. Cierto que a menudo encontramos grafismos que retroceden y que buscan una apariencia retro usando las escalas de grises, otros buscan ser más eclécticos y centran su estrategia de color en los filtros que generan sensaciones al apreciar los colores. Todo puede estar bien, siempre y cuando el observador objetivo comprenda qué se está haciendo.
Desde el punto de vista de un miope agudo con trazas de daltonismo me temo que en ocasiones no comprendo algunas combinaciones y realmente puedo ser muy crítico con algunas cosas. Pero el caso es que debemos tener en cuenta al elegir nuestros colores quien lo va a ver y hasta qué punto queremos que se nos comprenda.
Cierto que en ocasiones queremos generar sensaciones, aunque sean desconocidas. Pero el caso es que el color (o la falta de él) siempre genera algo en nuestro interior y debemos tener en cuenta, por ejemplo, que no hace muchos años había dibujos animados que daban por televisión que si se consumían en exceso generaban hasta crisis epilépticas.
Si nuestro producto es de alto consumo o alta rotación debemos tener en cuenta que no incomoden al que nos adquiere, si por el contrario queremos destacar a toda costa podemos involucrarnos en una espiral de agresividad usando colores de un solo uso, pero que nos van a proporcionar esa mirada esporádica y temporal.
Por supuesto todo esto que digo no se centra solo en las combinaciones de colores, ya que cualquier acción de comunicación debe haber sido estudiada, medida y verificada. Podemos hacer cosas efímeras, peros sabiendo que lo son.
Hay miles de estudios sobre las sensaciones que generan los colores en las personas, pero sabiendo que los datos estadísticos son lo que son, generalizaciones. Probemos las cosas una y mil veces antes de regalarlo al mercado, ya que una vez saltemos al vacío quedará escrita la página de la historia.
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