Alguna vez me han llegado a proponer que realice algunas tareas de dinamización comercial, pero en realidad lo que se necesita es que la propiedad del mismo comercio y su personal sienta que está haciendo bien las cosas. Que mediante la consecución de objetivos el trabajo está bien realizado.
Cuando nos proponemos algún cambio en las empresas parece una tarea titánica en la que con cientos de horas y esfuerzos (normalmente fuera del horario comercial) vamos a poder hacer esos ajustes.
Cuando cambiamos un escaparate, la optimización del punto de venta o el mismo entorno de nuestra caja registradora parece que se nos viene el mundo encima y que probablemente tengamos que re-aprender alguna cosa para llegar a los objetivos marcados.
Por el momento me gustaría que vierais el vídeo de Josef Ajram donde nos muestra las maneras más razonables para asumir un objetivo enorme.
Para los que no le conozcan (y no hayan puesto en marcha el vídeo) Josef es un señor que pese a su apariencia es un corredor de bolsa y asesor financiero de riesgo pero que al tiempo se ha dedicado a realizar pruebas deportivas de muy largas distancia.
Dicho esto, me temo que cualquier reto que nos podamos proponernos en comercio va a ser de menor calado físico que cualqueira que se haya podido marcar este señor.
Ahora ya podemos ponernos a organizar nuestra estrategia de comunicación dividiendo el proyecto en bloques pequeñitos y asumibles (aunque no sea fácil) y al arremangarnos podamos sentir que lo queremos conseguir y que vamos a hacerlo de la mejor manera posible.
¿Preparados para marcar micro-Objetivos y recoger frutos progresivamente?
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