Aunque parezca otra cosa hoy voy a hablar de lo que pienso que son malas prácticas en Marketing y todo lo que arrastra.
Hay productos (en general son bienes de consumo) que por su volumen de demanda tienen la mala costumbre de hacer actualizaciones importantes en su estructura física y que obliga a los clientes a renovar su parque mucho más a menudo de lo que en realidad quisiera el cliente.
Os dejo este vídeo para empecéis a comprender a lo que me refiero.
Supongo que ahora tendrás claro a lo que me quiero referir.
Productos que o bien ya se fabrican con calidades defectuosas y que a sabiendas se entregan con uina vida limitada a un número concreto de ciclos o que las actualizaciones consiguen hacer tales cosas que el producto primigenio se convierte en una «carga» y que ya no cumple las expectativas pasados unos meses de uso.
Debo decir que ahora mismo yo me encuentro usando un Iphone 5s y que francamente siento que mis necesidades son atendidas, las demandas a mi smartphone son más altas que un usuario «normal» pero que necesito sentir lo que sienten las personas «normales» y disponer de un terminal de ultimísima generación me aporta información sesgada de las sensaciones que tienen mis visitantes, clientes o seguidores.
Quiero decir también que en el último año he fundido 3 terminales con Android (y no eran modelos lowcost) por lo que deduzco que o soy un manazas (que lo soy) o que el hardware no está a la altura de las necesidades concretas. No quiero ni pensar lo que sienten los clientes finales que se cogen un terminal sencillito por que piensan que no necesitan algo tan potente.
Entiendo que marcas como Apple o Samsung tienen grandes departamentos de neuromarketing y de análisis social, a parte de facturas enormes en las plantas de producción y que no se pueden permitir una bajada de ventas, que les puede llevar a la ruina si una bajada se prolonga por mucho tiempo. No se me quita de la mente el batacazo que ha tenido que suponer para Samsung la retirada del mercado del Note de finales del año pasado.
El problema que le veo es que las personas que han adquirido un terminal de ultima generación a finales del verano pasado ya venían con obsolescencia programada, bien por la calidad de los componentes, bien por la programación intrínseca de los componentes y que han tenido (o están teniendo) una vida corta.
Ahora mismo en mi mente retumba una imagen de los ingenieros de Samsung tocando botoncitos en grandes supercomputadoras haciendo que las vidas de los terminales en uso vayan perdiendo recursos para que en cuanto saquen el nuevo modelo los usuarios tengan la necesidad de comprárselo y así enjuagar las pérdidas del último fiasco.
Es aquí donde el usuario «normal», el que se gasta su dinero para tener nuestro producto, dice que el marketing es malo; que manipula al comprador y que hacer que se sienta en la necesidad imperiosa de actualizarse, y si bien las mejoras son buenas me temo que no hay razón de mejora que justifique la actualización del hardware tan alegremente.
Eso sí, si piensas que siendo una empresa pequeña de pocos recursos financieros pero con un producto necesario y exclusivo, tienes la oportunidad de hacer como los gigantes me temo que te vas a estrellar, por que recuerda que por muy rápido que seas siempre habrá uno en la autopista que te haga luces.
Y si se te ocurre pelear con los gigantes, recuerda que ellos tienen los pies mucho más grandes y que las posibilidades de que te pisoteen son enormes.
Así que mi recomendación siempre será que trates con mimo a tus clientes, que sea transparente en la comunicación de tus productos y que equipes a tu departamento de atención al cliente con los mejores recursos técnicos y de soluciones para que toda venta esté consolidada y que cuando el cliente necesite renovar piense en ti como en los que le ayudaron y los que pusieron palos en sus ruedas
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