Quiero empezar esta entrada con una reflexión personal. En todos los talleres, cursos, charlas y exposiciones no nos cansamos de oír o explicar que el email marketing funciona, lo que no nos dicen (normalmente) qué cosas debemos tener en cuenta a la hora de que sea una herramienta poderosa de comunicación.

Desde el inicio de las Internet se inventó el correo electrónico, es una herramienta primordial y que en su momento tanto microsoft con su hotmail como Google con su gmail (podría citar decenas de servicios similares) se apoderaron de la comunicación persona a persona.

Tanto es así que hasta hace bien poco, cualquier servicio que quisiéramos contratar (freemium o premium) pasaba ineludiblemente por incorporar nuestro email en la base de datos del mencionado servicio. Ahora podemos usar, en algunos servicios, el número de nuestro teléfono o la filiación a alguno de los servicios masivos como Facebook, twitter o Google Plus (que por supuesto almacenan nuestro email).

Dicho todo esto, esta mañana estaba despachando mis correos electrónicos (como casi todas las mañanas), desesperado, aburrido… Más de 300 email por despachar de los marcados como importantes, sin contar todos los que se ordenan automáticamente como pendientes de leer de menor importancia.

Uso una herramienta de gestión de email (Thunderbird) que me permite gestionar innumerables cuentas de correos, y ordenarlo mediante filtros y carpetas. Esto me hace invertir mucho menos tiempo que entrando correo por correo y despacharlos por etiquetas o carpetas. Pero claro, esto me hace tener una visión global de lo que pasa en el mundo del email marketing.

Todo esto me hace pensar en los usuarios «normales» esos que tienen un par o tres cuentas freemium de email y que gestionan desde las aplicaciones nativas de los smartphone. Personalmente para los teléfonos inteligentes uso TYPEAPP que al menos a mi me resulta muy útil para temas urgentes antes de que lo pueda «despachar» desde el PC.

A lo que quería llegar; pienso en el usuario corriente, ese que no tiene un interés intrínseco en los negocios en Internet, ya que usa su whatsapp, se pone al corriente de las redes sociales y noticias en medios más o menos tradicionales y poco más. ¿Cuántos email recibe cada día?.

Por un lado los que le mande su banco, su tarjeta de cliente de varios comercios y supermercados, el Fnac y el El Corte Inglés, Carrefour y las oportunidades impresionantes que le brindan las chicas rusas que quieren salir de su país y por supuesto las oportunidades que le brindan el príncipe africano que no puede salir de su país… ¿cuántos email ignora el usuario?

Si además se ha registrado en ese blog tan interesante de jardinería, o compras o crecimiento personal ya puedes contar que cada semana va a recibir no menos de 200 o 300 email de publicidad. ¿Cuántos va a marcar como SPAM sin molestarse a desuscribirse?

Claro que con todo esto puedes pensar que lo de que el email marketing funciona era pura ironía, pero no… realmente pienso que es muy útil y que realmente puede servirnos para fidelizar clientes o encontrar de nuevos. ¿Pero cómo lo hacemos?

Lo más importante es tener en cuenta que tener una base de datos de miles de usuarios ya no es práctico. Por un lado los costes de envío y los de gestión de los contenidos puede ser algo inalcanzable para una empresa pequeña. Se que alguno se le vendrá a la cabeza el coste de enviar 2000 (aprox) en Mailchimp o Mailrelay es gratuito y que por tanto los costes de envío no van a suponer un problema. Pero en pequeños comercios o empresas de dónde vamos a sacar 2000 o más email?

Hablando en serio,

• ¿de qué le sirve a una micropyme una base de datos con destinatarios repartidos aleatoriamente por todo el mundo?
• ¿dispones de un ecommerce y la capacidad de enviar a cualquier parte del mundo?
• ¿Puede interesar tu producto a cualquier persona en cualquier parte del mundo?
• ¿cuánto tiempo vas a poder aguantar sirviendo productos?
• ¿vas a morir de éxito?

Si lo que quieres es conseguir contactos de calidad tus tareas pendientes son de tamaño considerable, debes conseguir que las personas que están interesadas en tu producto se registren en tu espacio dejando su email válido, eso quiere decir que en general no será con el que están registrados en Facebook, ya que el número de email que mandan las redes sociales en general será un correo ignorado.

Puedes hacer promociones para las personas que se registren en tu aplicativo, pero ¿qué aplicativo? simplemente deberías tener una web o un blog en el que se te permita insertar formularios y que gracias a los registros en esa web tengas acceso a esas direcciones.

¿No puedo usar un sistema como el de Mailchimp u otros?

Por supuesto que si, tu base de datos no es extremadamente grande puedes usarlo, pero teniendo en cuenta que compartes con ellos tu base de datos, por lo que regresamos al problema de «compartirlo todo» de los sistemas freemium. Aunque están amparados por las leyes de protecciones de datos no olvides que para garantizar que proteges los datos de tus clientes no deberías compartirlos con nadie. A parte de esto, si tus conocimientos en desarrollo y almacenamiento no son suficientes probablemente sea la mejor manera de que no se «dispersen» los datos.

Pero puede ser que estés pagando un servicio de hosting de calidad, o que tus asesores en marketing estén soportando tu espacio en un VPS propio que aporta muchas ventajas de administración a ellos y un buen número de recursos a ti. En este caso seguro que te pueden recomendar muchas aplicaciones desarrolladas en PHP que haga por ti el trabajo de almacenar de manera concienzuda esos datos sensibles de tus seguidores.

Además si usas un entorno en wordpress seguro que tus asesores pueden recomendarte un plugin de email marketing que, sin salir del aplicativo wordpress, puede ayudarte a gestionar todo esto. Si además tienes el sistema protegido (el wordpress) con las herramientas adecuadas de seguridad seguro que te es muy sencillo el hacer campañas de email marketing de calidad. O por lo menos se lo pondrás fácil a tu agencia y ellos te lo agradecerán y devolverán con creces.