Todos sabemos que soy un ferviente defensor de Twitter como plataforma de comunicación, no son necesarios videos o imágenes complejas para poder comunicarnos (aunque se pueden usar) y tenemos limitación en número de caracteres (aunque se pueden encadenar tweets) que nos permite comunicarnos con menos palabras y más eficiencia. Por eso es irresponsabilidad los que usan el medio (twitter o el que sea) solo para desde la comodidad del sofá imponer sus opiniones aunque sea a base de desestabilizar al que escucha.
Por otro lado como consumidores de información, a menudo demasiada, hacemos una lectura muy diagonal de los contenidos seleccionando solamente lo que nos llama la atención y por naturaleza humana simplemente paramos en imágenes (fijas o móviles) que nos llamen la atención. Probablemente de nuestro deporte favorito, mascota, político o acción que nos guste o disguste. De hecho es más fácil que nos paremos en una publicación de algo que nos repugna que de algo muy interesante o novedoso que, o no le asocian una imagen o que le han escogido una que no nos llama la atención.
Es tan fuerte esta tendencia que las mismas redes sociales tienen que bloquear contenidos no adecuados o susceptibles de ser falsos, no somos capaces de distinguir una falsedad por esperpéntica que sea con tal de no verificar de alguna manera ese contenido.
Tengamos en cuenta, por ejemplo, que los periodistas serios acostumbran a verificar sus fuentes al menos por dos medios distintos… El problema es que con el surgimiento de las redes sociales todos nos sentimos un poco periodistas, sin el aburrimiento de pasar por clase o de tener un redactor jefe que nos controle y revise antes de publicar.
Vuelvo al consumidor de contenidos. ¡Irresponsabilidad!
Es tan perezoso que antes de dar un paso y verificar; carga contra el que vierte un contenido (si, he dicho verter en lugar de publicar) que en algunas ocasiones es sarcástico o en tono de broma. Le regala insultos de tal calibre que en mi barrio se desataría una batalla campal.
En otros casos puede que el que publica diga la verdad, al menos su verdad; puede que no nos guste o que sea injusto… ¿Eso nos hace capacitados para atacar con todo nuestro arsenal?
Bueno, por lo visto si… Es mejor atacar y luego rectificar con tal de no informarnos de manera adecuada. O ni siquiera rectificar, total los contenidos en las redes sociales son efímeros y en minutos, horas o un par de días ya nadie se acuerda. Y con un poco de suerte el insultado nos bloquea y así no tenemos que leernos nunca más.
Por estas cosas es que considero que es una irresponsabilidad enorme publicar sin verificar, atacar sin saber o sin comprender las razones del que publica.
De hecho si miramos la wikipedia podremos comprender el concepto Fake News (aunque en la actualidad ya lo han explicado hasta en las noticias de los canales de televisión. Lo que no se explica es que el dolido es como una fiera herida y que a la que tenga una oportunidad se convertirá en un Troll que arremeterá contra todo ser viviente y con apariencia de debilidad.
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