La reputación de una marca ya sea de empresa, servicio o producto, debe ser creada y controlada desde el principio, en todos sus ámbitos, sin dejar nada al descuido o sin perfeccionar.
Hundiendo la reputación de una marca
Si se trata y se atiende mal al cliente cuando lo necesita, si se hacen los trabajos que nos encargan con malos resultados, si los servicios no tienen el efecto que hemos dicho o si los productos no sirven para el fin que habíamos asegurado, ¡apaga y vámonos! porque queriendo estamos hundiendo la reputación de una marca y con ello generando poco a poco grandes y afiladas experiencias negativas donde los clientes vivirán una sensación de engaño-estafa y frustración que se le quedará grabado para siempre, y lo malo de esto es que no volverán a confiar en nosotros, al igual de que no le hablarán bien a nadie de nuestra marca y solo será cuestión de tiempo llegar al fondo del océano. Aunque sabemos la manera de borrar, gestionar y cambiar esta mala experiencia en los clientes, tengo que decir que es un proceso costoso y muy agresivo, pero que cambiará por completo la situación negativa que se ha generado por otra situación positiva como debería de ser. Según sea la magnitud de la «cagada» así deberemos de actuar, y si es necesario no escatimar en nada para lograr el fin, que el cliente quede contento. Aunque tardemos años en forjar la gran y buena reputación de nuestra marca, hoy en día solo tardará horas en estar tirada por los suelos, por culpa de las quejas de los clientes en las redes sociales y demás plataformas online, que merecidas o no y dependiendo del problema y de las acciones que llevemos a cabo para cambiar la situación, obtendremos unos resultados u otros.
Una buena reputación es la mejor manera de llegar a las personas de una forma directa y generar rápidamente esa confianza que necesitan para elegirnos a nosotros. La buena reputación de una marca se consigue día a día, pero su esplendor se consigue con el paso de los años. Es un proceso muy importante y significativo, que se desarrolla a medio y largo plazo, aunque hay una reputación a corto plazo del día a día, cliente a cliente, y esta se va sumando a la reputación total en el tiempo. Si tenemos una buena reputación la debemos de vigilar constantemente para ser capaces de detectar cualquier cambio significativo en los procesos y poder actuar a tiempo en consecuencia.
La importancia de una buena reputación
Puedo afirmar que la reputación de una marca es uno de los factores que más determina la conversión y el éxito, ya que si alguien me habla bien de una marca de servicios o productos y los resultados obtenidos por esta persona son buenos y los prometidos, no veo por que no confiar, pero para crear esa reputación los servicios y productos no pueden fallar. En desmarcate ¡YA! nos encanta crear y gestionar la reputación de una marca, sabemos lo que hay que hacer para que la gente confíe en ella, lo que hay que hacer para que cause esa sensación de atracción y en algunos casos de deseo, pero sobre todo sabemos lo que hay que hacer para que sea la mejor.
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