La diferencia primordial entre estrategia y táctica está en el plazo de los objetivos a los que sirven: En las estrategias se definen objetivos a largo y las tácticas son acciones a corto dirigidas a alcanzarlos. Así pues, un mix de tácticas adecuado a la estrategia permitirá obtener los beneficios derivados del éxito por alcanzar los objetivos previstos de acuerdo al plan. Un error táctico permite corregir el rumbo pese a los daños (controlados, si la planificación es tan buena como la estrategia) que pudieran derivarse del fallo mientras que es más difícil subsanar los defectos estratégicos. Sobre todo si no existe un plan previo.
El llamado “Marketing de Atracción” es lo que se conoce como “Estrategia Pull” (comunicación y acciones dirigidas a los consumidores finales) que se contrapone a la “Estrategia Push” (dirigida a los canales de distribución para “empujar” las ventas). Como ocurre siempre en Marketing el uso de una u otra (o de ambas) dependerá de los múltiples factores que conforman el mercado-objetivo y de la posición en él que se pretenda alcanzar o mantener. Habitualmente se piensa en “el mercado” como “algo externo” olvidando que la participación supone entrar a formar parte del mismo como un subconjunto interno de factores que también lo integran. Y es el conocimiento de ese subconjunto de factores (recursos (financieros, humanos, materiales, jurídicos y subjetivos), situación (definida por las relaciones internas y externas) y objetivos de mercado) que se obtiene mediante la planificación, el que permitirá aprovechar el valor diferencial, la ventaja comparativa que ofreceremos frente a la competencia. Lo que nos hará tan atractivos a ojos de nuestro público objetivo como para elegirnos en vez de a cualquier otro proveedor. Claro que ser conscientes de nuestro atractivo no basta, es necesario que sea percibido por los demás de la misma forma y para ello hay que comunicarlo.
¿Cómo?
Depende, podemos seducir sutilmente o exhibirnos abiertamente. Lo importante es no defraudar las expectativas de quienes se acercan bajo el influjo de nuestro encanto particular o atraídos por las propuestas. No sirve de nada tener, desarrollar y comunicar los atractivos si no somos capaces de satisfacer adecuadamente las necesidades mutuas: Las de los clientes, que no se agotan con la mera adquisición y las nuestras, que van más allá de los ingresos. Marketing de Atracción es saber esto y actuar en consecuencia. A fin de cuentas la única diferencia entre “estrategia” y “actitud” es la misma que hay entre “parecer” y “ser”.
Genial entrada Patricia.
Desde luego solo con planificación podemos obtener los resultados en el plazo adecuado.
No todo es de hoy para ayer, y una buena planificación puede hacer que los recursos se alarguen en el tiempo y garanticen longevidad.
Lo que pienso es que las estrategias no deben ser totalmente rigidas, ya que el mercado cambia a diario, junto con las necesidades y las percepciones de los consumidores.
Completamente de acuerdo en que las estrategias no deben ser «monolíticas» sobre todo porque el largo plazo supone una cierta incertidumbre. «Flexible y resistente como el junco, tenaz como el agua…Si se controla».
Muchas gracias por el comentario, Miguel.