En este blog hemos escrito muchas veces sobre las cosas que debemos hacer para que ofrezcan los resultados que esperamos, como es normal habrás leído otros posts de otros blogs. Miles de experiencias vertidas en la red indicando el camino a seguir cuando queremos lanzar un proyecto o producto nuevo. Tienes que ponerte a trabajar y buscar los resultados por ti mismo.
De lo que pocos hablan es de las incertidumbres cuando empiezas, esos miedos al fracaso o simplemente a hacer las cosas mal y recibir criticas por doquier. Dejadme que os recuerde una entrada en este blog.
Sabiendo que el fracaso es posible, os recomiendo leer el cuento del arquero que se reproduce en el post anterior, lo que debemos prepararnos es para triunfar. Normalmente los fracasos más estrepitosos se ven en proyectos que mueren de éxito.
Partiendo de la base que la posibilidad de éxito o fracaso (en cualquiera de sus posibilidades) es directamente proporcional al esfuerzo de preparación que se haga me temo que lo normal es que el azar nos derrote estrepitosamente. Los humanos somos perezosos a la hora de la autoformación o de la evaluación de la formación recibida.
Debo decir que nunca nos sentimos preparados para lanzar un proyecto, por mucha experiencia que acumules en otros lanzamientos la incertidumbre se apodera de tu estado de ánimo.
Ahora, lo que debes tener en cuenta que si tu preparación y planificación ha sido la adecuada, que lo has testado en entornos controlados (como si de un laboratorio se tratase) y has recogido y estudiado las críticas recibidas, es el momento de hacerlo de verdad.
Puede ser que tu lanzamiento no sea a gran escala y eso te va a proporcionar tiempos de reacción, en las empresas de tamaño pequeño con lanzamientos modestos normalmente primero recibiremos el feedback de amigos y gente que nos quiere, y aunque no debemos despreciarlos (mejora nuestro estado de ánimo) debemos estar preparados para atender cualquier adversidad.
Todos los productos o servicios no sirven para todo el mercado por igual y debemos ser conscientes de ello, por eso una buena segmentación es tan importante a la hora de un lanzamiento. Debemos tener en cuenta que una segmentación excesiva puede limitar el alcance, solo que si somos capaces de ajustarla veremos que el crecimiento es viable y nos permite tener controlada cualquier adversidad.
A estas alturas debes tener preparado un plan de contingencia, solo que si el fracaso de una campaña es por que el público no lo ve a lo mejor lo que hay que ajustar son las variables de segmentación.
En pequeñas empresas y comercios se tiende a generalizar en lugar de segmentar, eso es un error ya que como decía el producto no es válido para todo el mercado. Si hemos diseñado una campaña a nivel de Facebook, por ejemplo, las mismas herramientas de publicación te permiten una segmentación por rangos de edad, de intereses sociales o incluso geográficamente. Y este último es probablemente uno de los más interesantes, ya que si estamos lanzando nuestros recursos son limitados.
Si tenemos en cuenta esta premisa veremos que si lanzamos con una limitación geográfica e incluimos los costes de transporte, tal y como se recomienda en casi todos los blogs, entenderemos que si servimos un producto a una distancia relativamente corta, nuestros costes bajos nos permitirán una capitalización que a su vez nos dará alas para expandir nuestra segmentación geográfica.
Si segmentamos por edad tendremos el mismo resultado, un ajuste óptimo en el segmento adecuado nos generará un crecimiento acelerado y controlable que nos permitirá poder asumir nuevos objetivos sin tener que cambiar el nivel de lenguaje.
Entiendo que con todo esto será complicado el ponerse a trabajar, pero con seguridad esa sensación que sientes ahora mismo es la que vas a encontrar cuando lanzas un producto.
Solo queda decir que si estamos re-inventando un producto ya lanzado todo se vuelve más complicado ya que la segmentación a la adaptación se tiene que re-estudiar y es complejo ya que estamos intoxicados con los resultados obtenidos con anterioridad.
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