Probablemente lo mejor es empezar por explicar lo que es un DAFO
DAFO es un acrónimo que proviene de las palabras Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
Debilidades: Son aspectos internos de la empresa que la colocan en desventaja frente a la competencia o que pueden obstaculizar el logro de los objetivos. Por ejemplo, falta de recursos, procesos ineficientes o falta de experiencia en ciertas áreas.
Amenazas: Son factores externos que pueden afectar negativamente a la empresa. Pueden ser cambios en el entorno, nuevas regulaciones, avances tecnológicos o la aparición de nuevos competidores.
Fortalezas: Son las ventajas internas que tiene la empresa frente a sus competidores. Pueden ser recursos sólidos, personal capacitado, una buena reputación en el mercado o tecnología innovadora.
Oportunidades: Son factores externos que pueden beneficiar a la empresa y generar nuevas posibilidades de crecimiento. Pueden ser cambios en la demanda del mercado, la apertura de nuevos segmentos o la posibilidad de expandirse a nuevos territorios.
Una vez comprendemos estos conceptos deberemos afinar nuestro posicionamiento en función de nuestros puntos fuertes y sobre todo en las oportunidades que nos ofrece el mercado para poder destacar de nuestra competencia.
Debemos considerar el posicionamiento como si de un entrenamiento CrossFit se tratara. Reforzando las partes débiles con ejercicios de alto impacto pero de corta duración. Así depuraremos nuestras debilidades o amenazas mientras que, por otro lado, reforzaremos nuestras fortalezas.
¿Cómo conseguimos eso?
Pues primeramente observaremos y analizaremos a nuestra competencia, realizándoles el mismo ejercicio DAFO que nos hemos hecho a nosotros, seguro que encontraremos en sus debilidades las oportunidades para destacar nuestro producto o servicio.
Ya está bien de conceptos vamos a la acción.
- Tenemos una lista de las palabras clave o long tail que vamos a posicionar.
- Agrupamos esas palabras en paquetes asumibles, diferenciando por tipo de cliente
- El cliente que se quiere informar (informativas)
- El cliente que quiere comprar (transaccional)
- Los usuarios que buscan un sitio o página en concreto (Navegacionales)
- Los usuarios que buscan una marca o servicios (comerciales)
- Empezamos a crear contenido en función de esos grupos de clientes (y no, no he dicho palabras, sino clientes)
- No vamos a fagotizar las palabras por las que ya nos conocen, sí que reforzaremos esas palabras, pero dedicaremos menos esfuerzo que a las que queremos posicionar.
- Tendremos en cuenta lo que en realidad queremos conseguir, no dispararemos al aire para ver si cazamos algo.
Ten en cuenta que no existe una forma mágica que nos posicione en primera página sin hacer más que unas fórmulas matemáticas o incluyendo metakeyword en la cabecera de nuestro sitio.
La única manera de posicionar en tentar la atención de nuestros clientes, bien a través de publicaciones en las redes sociales, bien a través de un newsletter en el que llamemos a nuestros clientes para conseguir visibilidad, bien a través de estrategias de comunicación directa tanto a clientes como prospectos.
Necesitamos crear mucho contenido de calidad y que aporte valor al visitante, tanto si son informativas (siempre se pueden convertir en clientes) como transaccionales (pueden generar una venta rápidamente)
Solo un experto en producto puede generar el interés sobre las transaccionales, mientras que información general puede conseguirse con trabajarlo un poco. Pero claro, recuerda que el tono y las formas son las que van a marcar profundamente sobre el interés hacia nuestra comunicación.
Si necesitas ayuda en todo esto no dudes en contactar con nosotros.
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