Todos sabemos lo que es un “QR”, y como nos facilita la información en apenas unos segundos.
Aún así, muchos comercios, se resisten a utilizarlos, bien sea por pereza o por desconocimiento del mismo.
Bajo mi punto de vista muchos comercios, no son conscientes de las múltiples ventajas que generan estos laberintos de información, pequeños e ilegibles al ojo humano, pero donde te va a pasar de todo menos perderte.
Y Para eso contamos con las maravillosas «APP», para que hagan el trabajo por nosotros y en un momento, te van a descifrar ese código proporcionándote una información clara y precisa del producto en cuestión.
Un QR le va a facilitar la vida al usuario final, a tú cliente, de forma fácil y gratuita, esa es una gran ventaja para ti y para él.
Les vas a proporcionar una información ampliada y detallada y a potenciar lo que quieras promocionar en cada momento.
¿Cuantos clientes se van de los comercios, especialmente de grandes superficies, por no tener el precio claro o ni siquiera puesto en cada producto, sin obviar una ficha técnica del mismo.
Se van aburridos de esperar, decepcionados por no sentirse atendidos y con una mala experiencia que van a relacionar siempre con tu marca.
¿De qué te sirve tener una buena oferta si luego no cuentas con los recursos para llegar al posible comprador?
El QR te va a proporcionar la realidad aumentada en tu comercio, te va a salvar de esa situación. Le das la oportunidad de servirle la información en la palma de su mano y le generas la experiencia de sentirse atendido de alguna manera, sino es de forma personalizada porque no cuentas con personal suficiente, al menos será usando herramientas tecnológicas, algo imprescindible en los tiempos que corren. De hecho hay muchos clientes sobretodo menores de 25 años que prefieren informarse desde sus aplicaciones y no sentirse invadidos por el dependiente.
«Vas paseando por la tienda en la sección de imagen y sonido, tu televisor está en las últimas y ves un ofertón , un televisor que crees puede encajar con tu presupuesto, te empiezas a emocionar pero no estás seguro de que sea demasiado grande y sobresalga de la mesita que tienes en casa, buscas al dependiente para que te saque de dudas con las medidas y te informe de las características ya que quieres que sea compatible con la consola y también te explique si tiene todo lo último en smartTV, pero la tienda está abarrotada y el dependiente no da a basto, pasan unos minutos mientras miras y remiras el televisor, intentando colocarlo en la mesita de casa, pero no estás seguro, sigues mirando para todos lados con la esperanza de que un dependiente se fije en ti y en tu expresión de S.O.S pero no hay forma de que te atiendan, en eso que pasa una chica por ahí con el uniforme de la tienda y la paras en seco y ella con cara de: déjeme en paz, te dice que no tiene ni idea de las características de los televisores, que lo lleva aquel chico, aquel que va de arriba pa’ bajo con la lengua fuera y los ojos que se le salen de las órbitas, que ella es de la sección de informática y pasaba por allí. Tu gozo en un pozo y es que tú no dispones de toda la tarde y ante la situación decides marcharte y volver otro día o mejor ir a otro sitio donde te informen y te atiendan mejor, pero te vas con una mala sensación, la de haber dejado pasar una oportunidad».
Pues esto es un caso muy común, que me temo, que la mayoría hemos sufrido en nuestras carnes.
¿Creéis que esa venta fallida podría haberse llevado a cabo si ese televisor estuviera acompañado de un código QR?
Imagen destacada Shutterstock Por buffaloboy
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