Si decimos que en España hemos pasado una época de recesión podrían acusarnos de demagogia sencilla, si además decimos que parece que el mercado se está despertando y que los comercios empiezan a notarlo estaremos haciendo más demagogia de brotes verdes. El caso es que ya no queremos oír hablar de problemas y queremos soluciones. SI O SI,
El caso es que tras el cierre de cientos de factorías, obras y talleres nos hemos encontrado, en tiempo atrás, que millones de personas han pasado a estar disponibles en bolsas de trabajo sobredimensionadas y que de eso nace el espíritu de emprendimiento, dicen que el hambre aguza el ingenio.
Si observamos lo que ha pasado en Barcelona provincia veremos que después de ser despedidos (en algunos casos hasta indemnizados) aquellos currantes que no saben qué hacer se compraban locales o pagaban traspasos de negocios que no funcionaban y nos hemos visto sumidos en un mar de bares y cafeterías en las que el propietario no tenía ni idea de cómo funcionaba el negocio pero ha echado todo lo que tenía en una esperanza.
Por otro lado, hijos y sobrinos de estos emprendedores forzados ven como es imposible disponer de un trabajo estable y con horario y aunque muchos han seguido formándose, otros han tirado por el camino fácil y se han puesto a hacer diseños o desarrollos en tecnologías que no dominaban del todo y que han vendido a un precio bajo. Hay que reconocerles un mérito, ya que de no haber sido así muchos miles de chavales hubieran engordado esas listas de nini. El caso es que el mercado se ha quemado.
Gracias a la aparición y proliferación de las redes sociales hemos observado que muchos comercios han contratado a ciertos «especialistas» sin conocimientos y que han tenido una oportunidad de destacar en su entorno, pero insisto, como no tenían el conocimiento han vuelto a quemar el mercado.
Dado que estos «especialistas» han vuelto al mercado laboral, y que entre ellos se encuentran esas personas que por desesperación hacen lo que sea por unos euros que les ayuden a pagar las facturas del super de su casa, podemos observar que otros «empresarios» se han visto favorecidos por la aparición de personas avispadas que son capaces de hacer mucho trabajo (aunque sea de poca calidad) pero que al final sus costes disminuyen enormemente.
Si hablamos de autónomos veremos que además de las cuotas más caras de Europa en cuanto a cotizaciones a la Seguridad Social, tienen que adelantar I.V.A. (los grandes pagan aplazados) y al final de las temporadas o trimestres liquidaciones de I.R.P.F. y que por tanto si le sumamos el alquiler de un local o vehículos y los impuestos inherentes Tendremos gastos fijos que superan las expectativas de los precios de venta de servicios.
Dicho todo esto observamos el mercado, no todos los empresarios son unos caciques o negreros, el problema es que a veces la falta de recursos hace que deban apretar muy mucho a sus empleados en lugar de incentivarlos producen presiones por encima de la capacidad de aguante. Pero bueno cada uno es libre de hacer las cosas como le plazca.
Con esto quiero decir que si un día te sientes mal atendido por parte de un chavalote en un comercio, o que el que coge el teléfono en tu asesor… o simplemente el que debería servirte esa copa de vino en un restaurante no pone todo de su parte a menos que tenga al encargado colgado de su espalda, no le eches toda la culpa (ojo que hay de todo en el mundo).
No siempre la empresa que te va a cobrar el menor precio te va a servir la calidad que necesitas, pero puede ser que para ahorrar no disponga del servicio de atención al cliente que mereces.
Por que el que merece los servicios son los clientes, nada que ver con las grandes corporaciones que se llevan esos servicios a países en vías de desarrollo y así además de sueldos bajos e infraestructuras inadecuadas obtienen beneficios fiscales gracias a la inversión en esos países.
¿No te has encontrado nunca que llamas a un 902 y después de 30 minutos al teléfono sigues sin soluciones? Y no me refiero a que te ponen la musiquita de ascensor y te tengan esperando, me refiero a que hablan que te hablan, incluso llegan a levantar la voz o a irritarse porque tú tienes un problema, sin proporcionar soluciones escudándose en contratos que has firmado y que en ellos se relata que la calidad que recibirás no es la que te han vendido, si no la que has contratado.
Claro que ahora los usuarios disponen de herramientas para demostrar su enfado con las compañías, disponemos de una ley de comercio electrónico que como a menudo dice Angel del Soto pocos se preocupan de cumplir, tenemos también las oficinas en defensa del consumidor que están sobresaturadas de trabajo y que como deben pelear con enormes corporaciones se acaba quedando en mucho interés y poco resultado.
Hace pocas horas leía la entrada de Josep Martínez de Jardín de ideas en las que habla de las competencias y ventajas e inconvenientes del «hágaselo usted mismo» en el mundo Social Media y probablemente sea ésta la razón de escribir esta entrada.
Las personas que gestionan pequeños negocios se sienten intimidadas por la dificultad de autogestionarse y cuando preguntan a especialistas reales resulta que las provisiones superan enormemente sus capacidades de inversión, acaban prefiriendo que aquel empleado mal pagado o el hijo (u otros familiares) les gestionen esas cosas que por poco más que unos cafés o unas alcachofas a la brasa el domingo lleva la mar de bien nuestra comunicación.
Por supuesto que no estamos de acuerdo, en desmárcate ¡YA! lo hemos dicho, si vas a estar mal no estés, es mejor que les proporciones a tus clientes un número por whatsapp para que contacten contigo con tal de que no parezca que tienes las redes desatendidas. Y mucho menos aquellas redes como Twitter o incluso Instagram que necesitan que estés en todo momento y que les contestes muy rápidamente.
Los clientes o seguidores ya no quieren esperar días o horas para recibir respuesta a sus inquietudes o consultas. Debes responder en menos de 15 minutos y si es en twitter debe ser al momento, no puedes hacer esperar, nadie quiere esperar. Todo el mundo quiere que hagas tu trabajo de la mejor manera y lo más rápidamente posible.
Si contratas el diseño de una web o blog no estás dispuesto a esperar meses en ser atendido, pero esa misma web que puede variar de unos pocos euros si te la haces tu a cientos (o miles) en función de quien decidas que la haga por ti. Cuando haces un encargo lo quieres para ayer… Lo mismo pasa con tus clientes, que lo quieren todo bien y YA!.
Si vas a usar a un profesional para que haga tus cosas debes asegurarte de que es el profesional que dice ser, no te conformes con una tarjeta de visita chulona y un traje y corbata de Armani. Asegúrate, mira su portfolio (nota mental: actualizar el portfolio del portal) y síguele en las redes sociales, no puede ser que alguien que te venda servicios de Community Manager no tenga presencia adecuada en las redes. De la misma manera que no puede ser que el que te venda el desarrollo de una web o blog no tenga algo adecuado en su presencia online.
Ahora queda en tu mano que se hagan las cosas bien, con un trabajo adecuado, o que sigas en el limbo de la comunicación quejándote de las ingentes cantidades de dinero que invierte Mediamarkt o El Corte Inglés en anuncios de televisión y que tú nunca vas a poder llegar.
No puedo menos que estar de acuerdo con tu reflexión Miguel, sin duda estamos ante tiempos de crisis, dicen que superada, y en una especie de todo vale, desde el intrusismo profesional hasta el «hágalo usted mismo» modelo Ikea, lo que pasa es que en nuestra profesión no existe el manual de instrucciones y la posición de las distintas piezas en Social Media no siempre es la misma. He pasado de ver en los distintos TL en redes sociales a cientos de «Community Manager» y otros nombres para esta nuestra profesión ai r viendo como desaparecían con la misma facilidad que aparecieron, he pasado de ver precios low cost a ver más precios low cost, y sin duda esto no hace ningún favor a nuestra profesión que está, si se me permite la expresión, un poco prostituida. Pienso que un profesional, el de verdad, es el que vive de su profesión y no el que aprovecha la oprtunidad para subirse al carro donde otros trabajan duro y ofrecer sus servicios sin pararse a mirar si realmente sabe lo que está haciendo, los fracasos en muchos casos están pasando factura a las empresas y generando una desconfianza hacia nuestra profesión que en absoluto merecemos. Un gran post Miguel, me lo quedo y me lo guardo con tu permiso, ya que pienso que es la cereza que adorna el pastel de la situación actual en nuestra sociedad y que, cómo soy un poco iluso, pienso que se corregirá porqué al final el tiempo pone a cada uno en su lugar. Parafraseando a un autor desconocido dejo una frase para la reflexión: «si piensas que un experto es caro, espera a ver lo que te cuesta un amateur». Saludos
Muchas gracias Josep.
En verdad te digo, que pienso que los brotes verdes no dejan de ser una ilusión, desde el mimo momento en que la sociedad espera que sea un Gobierno inexistente o en funciones arregle lo que en años no han posido o sabido.
Son los empresarios, emprendedores y sociedad «civil» la que debe tomar el timón, pero con conocimientos y con actitud.
Personalmente prefiero no comentar sobre los aprofesionales o los que no tienen conocimiento adecuado, ya que es gracias a ello y al interés de los empresarios de reducir costes al mínimo que pasa esto. El espabilado siempre ha existido y siempre existirá en la medida que lo permita la sociedad.
Por supuesto, todo lo que escribo es tuyo y de toda la comunidad para que lo use como le convenga.
Para nada eres un iluso, tal vez un poco idealista y eso te honra, y probablemente eso me engrandece, por que tener a PERSONAS como tú cerca es sin duda un gran valor para mi
Saludos y gracias