El otoño tiene algo de nostálgico. Pese a los dorados brillantes, al rojo intenso de las hojas que contrasta con el verde perenne, flota un algo que invita a recordar. Porque delante del ordenador olvidamos, si es que nos hacemos una idea remota, que hubo un mundo diferente en el que los cambios requerían mucho tiempo, ese que hoy parece que nos falta. Creemos que el mundo ha sido siempre así: Rápido, caótico, cibernético, masivo. Y que cosas como la publicidad o el marketing son algo nuevo, permanentemente joven.
¿Seguro?
Más que probablemente ninguno de nuestros antepasados tendría la misma percepción de “publicidad” que tenemos ahora, cuando está ahí miremos donde miremos, oigamos lo que oigamos, estemos donde estemos. Y mucho menos de “marketing”, ese espíritu que compartimos en Desmárcate ¡Ya! y que nos hace parar en medio de la vorágine de redes sociales, innovación, adaptación, futuro, velocidad…Una pausa y una mirada atrás. Ya sabéis: Lo nuestro es llevar la contraria.
Aprovechando la lluvia de castañas, buñuelos y calabazas, apartamos telarañas , desempolvamos el baúl de los recuerdos.
Y volvemos a esos tiempos en los que el teléfono era un producto de lujo, un invento incipiente , muy anterior a aquellos negros, de baquelita y nadie llamaba para vender un seguro; El cine era aún un invento en pañales, sin publicidad siquiera; Los pocos coches que circulaban eran absolutas rarezas entre los de caballos, cuyas emisiones no se medían pero sí comunicaban el nombre de su propietario, como siempre: Escudos o decoración; Las mujeres usaban polisón y empezaban a reivindicar su derecho al voto usando panfletos; Los hombres trabajaban y podían mantener a sus familias con un sueldo, o varios, sin que la voracidad del fisco fuese aún depredadora. Los niños jugaban en la calle con aros o diávolos o pelotas hechas con trozos de trapo y con otros niños, sin patrocinadores y ¡Si! Cara a cara, sin una pantalla de móvil, ni de tablet, ni de netbook. Los libros eran de papel, igual que la mayor parte de los anuncios cuando empezaba a nacer la radio y la televisión ni se soñaba. Publicidad artesana, no invasiva, pequeñas obras de arte.
De ese baúl de los recuerdos sale el álbum de la Bisabuela Josefa, plagado de vitolas de puro y sobre todo…Cromos. Una forma de anunciarse que hoy parece hasta inverosímil pero en su día fue revolucionaria: En forma de regalos de cartoncillo incluidos en tabletas de chocolate, colecciones que invitaban a ser completadas, intercambiadas o guardadas en un juego casi sin fin.
En la próxima entrega veremos cómo estaban las cosas ochenta años después, en 1.981. Con el mismo álbum.
Que manía tiene tiene esta mujer de ponerme los dientes largos!! ahora a esperar una semana… 🙁
Jo!! me encanta el álbum de la bisabuela Josefa, desde donde quiera que esté, estará muy contenta y orgullosa, pensando que jamás hubiera imaginado que un día como el 6/11/2015 seria expuesto su álbum en un escaparate para que lo viera todo el mundo. Sí Josefa, he dicho mundo y además es literal!!
Hoy Desmarcate ¡ya! , se ha convertido en un museo y gracias a ti Josefa y también a tu biznieta, Patricia por querer compartirlo.
Gracias Josefa por este regalo ( Si hablo de tu biznieta) pero gracias también por esta reliquia, joya, tan bonita e interesante que llega en el mejor momento, en el que lo valoramos más que nunca, Gracias!
Ya verás cómo la semana pasa enseguida, querida Pury. Y además será un salto de ochenta años (cuatro veces aquel tango…)
Parece que las cosas hechas con cariño también lo transmiten y quizá sea eso lo que las haga perdurar. Me gusta pensar que, efectivamente, la bisa estará sonriendo. Y te diré una cosa: No estoy demasiado segura de que no imaginase que, alguna vez, la comunicación se habría desarrollado tanto. ..
Muchas gracias por tu comentario
Ya te lo he dicho, enhorabuena Patricia. Que sepas que se me ha ocurrido una buena idea jajaja, ya te contaré. Tenia algo en la cabeza, pero Pury me ha ayudado con su comentario 😉
Abrazos y gracias por compartir este trozo de tu vida con tod@s.
Mil gracias de nuevo a ti, Jorge. Deseando que me cuentes la idea que será genial ¡Seguro!
Un abrazo fuerte.
Al final comentaré la ´última ¡que siempre os fastidio los comentarios! :p como soissss jajjajaja
¡Ni se te ocurra, Pury, faltaría más! Es lo que tiene que compartamos la misma visión sobre tantas cosas, que al final pensamos lo mismo en el mismo momento….O casi 😉