La revolución tecnológica ha sido tan rápida y tan profunda que aún estamos en proceso de aprendizaje. Tendemos a creer que el mundo online es algo diferente y separado del mundo real porque la pantalla de un ordenador presenta oportunidades que parecen ilimitadas y fáciles. No es así.

En un mercado (el “online”) caracterizado por alta dispersión, consecuencia de niveles increíbles de atomización, en el que la velocidad de generación, transmisión y amplia difusión de la información es mayor que nunca hasta ahora, favorecida por la globalización, se hace necesaria una actualización permanente que permita adaptarse a los cambios, anticiparse o reaccionar.
Cambian los canales de comunicación, las herramientas, las formas. El fondo sigue siendo el mismo desde el principio de los tiempos: Personas que llevan a cabo relaciones de intercambio caracterizadas por la satisfacción de necesidades mutuas.
Por eso saber quiénes participan, qué necesitan, dónde, cómo, cuándo y a qué precio son las referencias básicas de cualquier estrategia online. Y offline. Hasta el punto de que es necesario determinar la relación entre ambas: Complemento, soporte o refuerzo.

Cualquier estrategia online consta de cinco etapas:

1º.-  CONOCERSE UNO MISMO: Sabiendo de dónde vienes sabes dónde estás. Solo sabiendo dónde estás, conociendo el terreno, sabes dónde quieres ir y cómo llegar.
– Analiza tus puntos fuertes y tus puntos débiles.
– Examina tus recursos (materiales, técnicos, humanos y financieros)
– Infórmate de las limitaciones:

Burocráticas (Normas legales, licencias)

Técnicas (Funcionamiento de las distintas redes sociales, blogs y tiendas electrónicas, influencia de los algoritmos en los motores de búsqueda, usos de boots que puedan alterar los resultados, riesgos de seguridad, capacidades de las bases de datos o cualquier otra relacionada con los requerimientos de software y de hardware)

Presupuestarias.

De tiempo disponible.

-Define tu posición actual respecto al mercado y el necesario conocimiento de:

Tu producto o servicio.

Tus clientes.

Tus proveedores.

Tu competencia.

Tu sujeción a las normas (locales, regionales, nacionales o internacionales).

A partir de aquí ya puedes decidir si se trata de una estrategia online de relanzamiento, penetración, refuerzo, incremento de cuota o cualquier otra.

2º.- PLANIFICAR EL ÉXITO: Tener el máximo posible de factores estratégicos a tu favor. No existen fórmulas mágicas. No sirven, necesariamente, las estrategias de otros, ni siquiera una estrategia tuya que funcionó anteriormente puede serte útil ahora, o sí. Lo sabrás realizando una buena planificación de tu estrategia online, que será la que vaya revelando los distintos factores estratégicos.

– Fija los objetivos a largo plazo.
– Prepara la batería de tácticas que te permita alcanzarlos en cada momento junto a los recursos y herramientas necesarias.
– Determina los sistemas de información y comunicación con tus colaboradores, sean proveedores externos o trabajadores a tu cargo.
– Establece formas de control y presentación de la información, tanto de la que emites como de la que recibes, sea mediante ratios, KPI, gráficos, esquemas, matrices, cuadros o cualquier otra herramienta.
– Fija un método de toma de decisiones para saber a través de qué canal o canales vas a operar, en función de qué necesidades (propias o ajenas) vayas a satisfacer y bajo qué condiciones.
– Analiza los riesgos y sus consecuencias para poder evitarlos, asumirlos, protegerte o defenderte.
– Mide los tiempos y no tengas prisa. Las mejores ideas pueden fracasar si no se realizan en su momento.

No se trata tanto de establecer uno o varios cronogramas fijos como de definir cuándo es un buen momento para aplicar (o no) una táctica determinada y cuáles son sus alternativas.

Aquí puedes acceder a la otra entrada «El arte de la estrategia online – 2ª Sesión»